Saturday, September 18, 2004

CUENTO> Sin Titulo. Leanlo y ayudenme a ponerle titulo!

PRIMERA PARTE
El destartalado vehículo descendió torpemente sobre la superficie lunar, pero no había nada histórico acerca de este alunizaje, y solo unos pocos ojos en la tierra prestaban atención de este rutinario acontecimiento. La similitud entre este suceso y el descenso del “Aguila” en el ´69 eran muchas, y el procedimiento de operación eran prácticamente idéntico al de aquel aparato pionero, pero ahí era donde las similitudes terminaban, ya que su tripulación, a diferencia de Armstrong y Aldrin, no se encontraban motivados ni excitados por las circunstancias que los rodeaban, al contrario estaban semi-adormilados, aburridos y desesperados por acabar lo antes posible con su misión y retornar a casa. De igual manera sus trajes, equipo e inclusive el mismo vehículo que pilotaban estaban prácticamente obsoletos y muy usados, reliquias de un glorioso y olvidado pasado de exploración espacial.
Los dos hombres se apretujaban en el interior de esa cascara de nuez, verificando rutinariamente los controles de aproximación y chequeando por enésima vez que el curso al sitio de alunizaje indicado en los mapas estuviera correcto. El sitio donde debían posarse estaba a solo 750 metros de donde se encontraban los equipos de minería y estudio geológico colocados allí algunos años atrás por sus paisanos, y el cual ellos, aunque no entendían en absoluto su funcionamiento, debían chequear, graduar y colectar su información almacenada.
Luego del atropellado alunizaje, los hombres se dispusieron cansadamente a realizar las operaciones que dictaba el manual de vuelo para luego del posamiento en la Luna, Operaciones que bien pudieron haber realizado con los ojos vendados, aguantando la respiración, y con una mano y un pie atados la una al otro! Situación en la cual casi se encontraban debido al reducido espacio. Pero que muy a su pesar debían de ser realizadas en un orden especifico y sin apresuramiento debido a las condiciones de temperatura de los motores. Para matar el tedio uno de ellos, que logro colar en uno de los pocos compartimientos libres de equipo esencial, un reproductor compacto de música, diminuto pero potente para el helado y silencioso vacío del interior del vehículo. Lo acciono y acto seguido la cabina se inundo de los acordes iniciales de la sinfonía “Coral” de Betthoven, luego la poderosa sección de vientos de la orquesta filarmónica de Moscú hizo retumbar la cabina con los embates del allegro ma non tropo inicial de la 9ª sinfonía.
Ahora con una sonrisa en los labios, la primera de todo el viaje, uno de los hombres, el dueño del aparato de sonido y comandante de la misión, se preparo para la caminata lunar inicial de su misión de dos días. El otro sujeto, distraído en sus funciones y un tanto molesto por la interrupción en su línea de pensamientos causada por los atormentados acordes salidos de la mente de Betthoven, se dispuso malhumoradamente a asistir a su compañero, en lo que debía ser una tarea conjunta. El comandante lamentando no poder silbar para acompañar la música que conocía de memoria, debido a la perdida del vital y costoso oxigeno que esto implicaba, amplio su sonrisa y se dio cuenta consiente de que su humor había mejorado, a la vez que pensaba esto abría un compartimiento donde se encontraba el traje lunar y comenzó la trabajosa tarea de colocárselo, durante el tiempo que le tomo esta acción la sinfonía había pasado ya al segundo movimiento. Y los movimientos del hombre al ponerse el traje ya perecían una coreografía contorsionista al ritmo molto vivace. El compañero de cabina lo observaba y movía la cabeza de un lado a otro, cuando la mirada del comandante se encontró con la de este, este hizo una señal subiendo el dedo pulgar de la mano derecha indicando que todo estaba listo para la salida al exterior.
El hombre embutido en su viejo traje, hizo dos ultimas cosas antes de salir al exterior; conecto su reproductor musical a los altavoces del vehículo y al sistema de comunicación interno de su casco y saco de un bolso personal una pequeña lamina de plástico dorada que introdujo trabajosamente en uno de los bolsillos frontales de su traje, cerrando el cierre de velcro del mismo para evitar que flotara a la deriva debido a la poca gravedad de la Luna.
Ya en el exterior, un espectáculo al estilo Bolshoi se llevaba a cabo: el cosmonauta avanzaba a grandes zancadas casi flotando en la atmósfera privada de aire del satélite, acompasado con el lento adagio molto e cantabile del 3er movimiento, que se escuchaba en los toscos altavoces del vehículo y en la cabeza del hombre. Las nubecillas de polvo lunar que se levantaban a cada paso que daba, parecían quedar suspendidas en el vacío por los suaves acordes de la sinfonía. Los muy practicados movimientos del comandante parecían ser realizados por un bailarín clásico en cámara lenta. Todo esto iluminado por la impresiónate visión del sol desde el espacio y como telón de este teatro de la opera cósmica, el hemisferio occidental de la tierra se veía alzándose en el horizonte lunar como una concha acústica azul y blanca.
El objetivo de esta primera caminata no seria el colosal puesto de minería e investigación ubicado al relativo sur-este del sitio de alunizaje, sino un obscuro e inexpresivo monolito rectangular ubicado al relativo este a unos 150 metros. Este objeto tenia unos 40 metros de altura por 7 de ancho y 3 de profundidad, estaba construido por un material plomizo no reflectante y perfectamente liso, poseía cuatro luces verde bríllente en sus esquinas superiores que parpadeaban a un ritmo lento, no tenia símbolos, ni estructuras, ni ventanas en su superficie, a excepción de una especie de cabina resguardada de los elementos y posibles impactos de pequeños meteoritos en la base de su cara norte. Era suficientemente alta para que un humano con traje espacial pudiera pasar a su interior. Adentro tenia el aspecto de un cajero bancario, con una pantalla iluminada en verde que se encendía con la presencia de personas en la cabina, poseía un teclado táctil con instrucciones en varios idiomas terrestres y alrededor de la pantalla varias ranuras sin leyendas visibles.
El comandante en su danza ingrávida se fue acercando al monolito con grandes saltos describiendo arcos y dejando una estela de fino polvo lunar a su paso. Al encontrarse a pocos metros de su objetivo disminuyo progresivamente sus saltos hasta que su avance se convirtió en una caminata de cortos pasos para introducirse con cuidado en la cabina, en este punto ya se escuchaba en el interior de su casco los versos finales del texto de Shiller “An die freude” a ritmo de allegro assai y los tarareaba para sus adentros. Justo antes de entrar se detuvo para liberar la energía inercial acumulada por sus movimientos y así no chocar contra el monolito. Aquí escuchando el coro de la escuela V.I. Lenin de Moscú entonar la estrofa: “Ahnest du den Schopfer, Welt? Such Ihn uber´m Sternentzel! Uber Sternen mub er Wohnen ” *
* Mundo ¿crees conocer al creador? ¡Buscadlo en la bóveda celestial! El debe vivir mas allá de las estrellas. Friedrich Shiller.

acompañados por los acordes finales de la novena sinfonía, subió la vista con mucho trabajo y contemplo el monolito brillando por el reflejo de la luz del sol, a pesar de ser esta una visión majestuosa, el hombre dejo escapar una carcajada incompleta, meneo la cabeza dentro del casco y penso en la monumental estupidez del ser humano.
Apartando esos pensamientos de su mente y con la música ya finita, se dispuso a la tarea que debía completar ahí. Al instante que puso un pie dentro del domo semicircular que servia de techo protector a la cabina, la pantalla verde se ilumino con saludos en Ruso, Ingles, Alemán, Francés, Chino, Japonés, Español y Arabe. Acto seguido abrió el sello de velcro del bolsillo delantero de su traje y sustrajo de el la lamina de plástico dorada, la sostuvo con su mano enguantada izquierda y con la derecha luego de limpiar un poco el polvo lunar acumulado en la pantalla táctil, comenzó un procedimiento que conocía de memoria, toco la pantalla en el sitio donde se leía la salutación en Ruso y la misma cambio, ahora se leían en ella varias opciones, todas en Ruso, dispuestas en especie de botones, el operador escogió una de ellas seguida de otra y luego otra en un orden especifico ya harto conocido para el, solo se detuvo un momento cuando apareció en la pantalla una cifra numérica seguida de el símbolo de Dollar, aquí tomo un hondo respiro y gruño al momento que fruncía el ceño. Luego relajo los hombros en señal de resignación e introdujo la lamina dorada en una ranura horizontal al lado derecho de la pantalla, esta succiono rápidamente la lamina de plástico y unos segundos después un símbolo y nuevas cifras brillaron en verde en la pantalla. El hombre presiono de nuevo la pantalla en un sitio especifico y luego, si hubiera existido aire en el espacio en este lugar especifico, su hubiese podido escuchar un sonido como de maquina perforadora de tarjetas “TAC - TAC - TATATA - TAC” y por otra ranura en la parte inferior de la pantalla broto otra lamina de plástico más delgada que la anterior y más larga con un patrón de orificios en ella, El operador la tomo al igual que tomo su lamina dorada que también había sido expulsada de su propia ranura.
Al finalizar todo el procedimiento apareció un ultimo texto en ingles el cual el comandante no se tomo la molestia en leer, ya que al momento se dio la media vuelta y emprendió el largo viaje de regreso al vehículo, pero no con el mismo humor y gracia de su danza de acercamiento.
El texto estuvo brillando en la pantalla unos 30 segundos, mientras el comandante se alejaba a través de la polvorienta superficie lunar, el texto leía:
“Thank you comannder D. LEONOV your contribution will help us in the explorations of new frontiers in our Solar Sistem and beyond. To fullfill the dreams and ensure the perpetuation of our great Human Race NASA” *
El texto luego desapareció y la cabina quedo de nuevo a obscuras, el único cambio aparente en el monolito era que ahora sus luces habían cambiado de verde a naranja brillante y parpadeaban con mayor rapidez.
* Gracias comandante D. LEONOV su contribución nos ayudara en la exploración de nuevas fronteras en nuestro propio sistema solar y más allá.
Para así cumplir los sueños y asegurar la perpetuación de nuestra grandiosa Raza Humana. NASA.

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